martes, 26 de abril de 2005
Príncipes
Recuerdo los ratos de sol de primavera junto al estanque de la universidad de Zaragoza. Las niñas de Derecho miraban con desdén a los que no consideraban dignos aspirantes a padres de sus hijos. Años después ves alguna de ellas por la calle con su sueño de familia tradicional cumplido. Otras sufren en silencio, como las hemorroides, la comedia de una convivencia idílica por encima de un matrimonio deshecho. Aún queda alguna que ha ido perdiendo belleza con los años y piensa que está por llegar su príncipe azul, que le hará sentir la más maravillosa de todas las mujeres por el simple hecho de haber aparecido. Y digo yo, que príncipes libres quedan el de Mónaco y poco más. Creo que ahora está disponible uno de Dinamarca, aunque su afición a salir de farra por la noche y meter mano a las jovencitas no le ayudará a ser el sueño dorado de una ex-niña de Derecho. Pero bueno, un príncipe es un príncipe.
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4 comentarios:
Y tu, rey ¿tas libre? ;-D jajajajajajajaja
Endesdelué, Nuse, no sé cómo eres, porque me quitaste el comentario de la cabeza... aunque elijo la palabra de príncipe... siempre más asequible.
Entonces... Y tú príncipe ¿tas libre? jajajajajajaja
doy fe de que es así. Cuántas cosas se han soñado en ese estanque.
Jajaja, perdona que me ría... Pero... Yo estudié Derecho, y te aseguro que salvo las cuatro pijitas del curso, las demás no eran de las de mirar por encima del hombro, o tal vez sí, pero supongo que pasa en todas partes por igual.
Que no es preciso que el principe sea principe, ni tenga un reino, o principado, o dinero, o ni siquiera que sea guapo, basta con que sea lo suficientemente galán para mantener a la chica al lado :p
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