sábado, 26 de agosto de 2006

Un mar de lluvia
















A veces llueve tanto
que su estruendo no deja escuchar las palabras
llueve tanto que te deja aturdido
con la mirada absorta
en los ríos que decidieron caer desde arriba
Puede ser solo un momento
un rato, una tarde, un día
y ya sale a su encuentro mi melancolía

viernes, 25 de agosto de 2006

Faro
















Dicen que había un hombre tan desorientado en su vida que decidió poner un faro en su casa. Ahora viene mucha gente a visitarlo. Tenía un problema de soledad.

miércoles, 23 de agosto de 2006

Encuentros cotidianos
















Iba camino de la oficina con la tranquilidad de un día radiante, una estupenda comida y una extraña complacencia que me hacía disfrutar con la gente iba pasando a mi lado. Justo antes de cruzar la acera ví que en el otro lado estaba a punto de venir hacia mí un amigo de mi primo con el que había coincidido a menudo en los veranos de mi adolescencia. ¡Qué casualidad! Hacía más de diez años que no le veía. Era un tipo un poco raro, pero me alegraba de haberlo visto. Se puso el semáforo en verde y empezamos a cruzar la espaciosa avenida el uno hacia el otro . Cuando apenas quedaban tres metros para encontrarnos sonreí por haberlo visto e inicié un gesto de saludo. Él me miró de lejos y siguió su camino paralelo al mío sin inmutarse. Yo me quedé un poco descolocado, pero recordé que él tenía a veces unas reacciones un poco extrañas y no le dí más importancia.
Al día siguiente quiso el destino y nuestros horarios que nos encontráramos de nuevo en el mismo sitio y en la misma situación de tener que cruzar la calle en sentidos opuestos y a la misma altura uno de otro. El semáforo se puso en verde y poco antes de quedar los dos a la misma altura en el centro de la calle yo hice un amago de saludarle y él siguió sin inmutarse por su camino.
Los días fueron pasando y fuimos coincidiendo a la misma hora por el mismo sitio. Ahora evitaba el coincidir con él en el centro de la calle. Un día lo empecé a ver con una chica rubia muy guapa. Unos días cruzaban cogidos de la mano, otros le abrazaba él por encima del hombro y a veces se quedaban en la plaza fundidos en un largo beso. El tiempo pasaba y la relación entre ellos iba haciéndose cada vez más cotidiana. Un día noté que ella estaba embarazada y poco a poco los encuentros en el semáforo o en la plaza iban demorándose unos metros por el ritmo más tranquilo de su paseo. Después de una temporada ella volvió a aparecer con un carrito de bebé. Los gestos de cariño de antes fueron espaciándose. De vez en cuando él le pasaba a ella la mano por los hombros y le soltaba un beso al aire. Después la niña se hizo más mayor y empezó a andar. Era muy guapa, como la madre, y verlos a los tres paseando daba una sensación de calidez familiar muy entrañable. Llegó un momento en el que dejé de encontrarme con ellos en el mismo sitio. Un día me invitaron a la inauguración de una exposición. Estaba hablando con el organizador y de repente apareció él. "Hola, ¿qué tal?" Yo me quedé un momento sin reaccionar. El comisario de la exposición me dijo "¡Ah! Pero ¿os conocéis? Es que él es mi hermano", me dijo. Empezamos a hablar de lo que hacíamos el uno y el otro, del tiempo que hacía que él no veía a mi primo... Era una conversación formal de dos personas que hacía tiempo que no... ¿se encontraban? A partir de entonces lo empecé a ver mucho menos, siempre solo y de lejos. El otro día estuve con mi primo, que vive fuera y estaba de vacaciones por aquí. Le conté la pequeña historia que había tenido con su amigo. Me dijo que hacía mucho que no lo veía pero sabía que se había divorciado. Me dio mucha pena.

lunes, 21 de agosto de 2006

viernes, 18 de agosto de 2006

Lugar en el mundo
















Lo encontré en un punto lejano al calor de un sol de poniente. El camino me lo ponía difícil pero hacía tiempo que mi mente ya le había puesto imagen.

miércoles, 16 de agosto de 2006

Mañomóvil















Si esto no es un mañomóvil, que venga Dios y lo vea...

martes, 15 de agosto de 2006

Dehesa
















Érase una fértil dehesa que daba a los habitantes del pueblo las mejores tierras de labranza. Un buen día se inundaron para hacer un enorme pantano que pudiera abastecer de agua a muchos pueblos. Este domingo estaba a menos de un tercio de capacidad. Hay unas vistas estupendas del río Mesa desde la ermita de San Daniel de Ibdes.
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sábado, 12 de agosto de 2006

Ayer




















A veces los momentos parecen trasladados de películas en blanco y negro, de gaseosas de sobre, de vidas como tenían que ser. Había que interpretar los silencios, callar a la injusticia y pensar que se estaba peor ayer. Todavía nos esperan tiempos mejores.

jueves, 10 de agosto de 2006

Vivir la vida




















Dicen que fue un hombre que no transmitía
no hizo ninguna obra, no tenía amigos
pasaba las horas sentado, durmiendo en su sillón
Le aburría leer y no quería salir a la calle
se ponía delante del televisor sin ver los programas
hablaban delante de él y no atendía
esperaba que pasara la vida sin mover un dedo
le preguntabas ¿qué tal? y sonreía diciendo que bien.
Su cuerpo se empezó a atrofiar por la falta de uso
La cabeza había dejado de pensar hacía tiempo
terminaba un día y empezaba otro igual.
Tenemos solo una vida: no la dejemos pasar

Seguridad
















Lo importante es ir decidido, aunque no sepas cómo, cuando ni porqué

miércoles, 9 de agosto de 2006

Despacio




















Hay lentitudes que exasperan al hombre de ciudad. Cuando logramos adaptarnos al ritmo del hombre del campo y podemos comprender su proceso al hacer las cosas entonces entendemos que la vida a veces merece la pena no vivirla tan aprisa...

lunes, 7 de agosto de 2006

Días de descanso
















Siento el alma desnuda de agobios, obligaciones, prisas y melancolía. Me noto reconfortado por horas de sueño, risas, paisajes eternos, compañías queridas y momentos gozosos.
Puedo decir que he estado de vacaciones.


P.D.: Paseando por la playa me sacudió la belleza del momento y decidí captarlo con mi cámara. Me habría gustado que solo apareciera la chica del sombrero.