domingo, 28 de agosto de 2005

E la nave va
















Inmersos en nuestro acomodo se acercan millones de inmigrantes pidiéndonos refugio. Se asientan en nuestras patrias, nuestras ciudades, nuestras calles, nuestra vida diaria. Muchos están contentos, otros no tanto. A veces vivimos como si no existieran, otras nos incomoda su presencia y raramente nos sentimos cercanos a ellos.
E la nave va

Religión




















Parece que la integración de la religión en la vida del hombre moderno está cambiando. Las personas de más de treinta años tienen referencias religiosas de sus familiares mayores, pero los menores solo han oido que la religión es algo desfasado y las normas de vida se resumen en el 'no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a tí'. Quizá las religiones están gastando demasiadas fuerzas en fomentar la observancia de las reglas en lugar de explicar a la gente de que va el invento. El cristianismo consiste básicamente en que tienes que creer que Dios existe y es Amor. Y que para ser feliz tienes que responder a ese Amor con tu Amor a Dios y al prójimo. Si es que nos falta fe...

viernes, 19 de agosto de 2005

La vida




















- ¿Quién es?
- La vida
- ¿Qué quieres?
- Que me vivas
- Déjame en paz
- Me estás desaprovechando
- Eso a tí no te importa
- Tengo un montón de cosas que ofrecerte y tú estás apático, metido en tu mundo y perdiendo muchísimas oportunidades de todo tipo
- He dicho que me dejes
- El tiempo pasa, las cosas van siendo distintas y tú te desesperas por no haber hecho lo que debiste en su momento. Yo estoy contigo esperándote, aunque no sé cuanto tiempo estaré. Empieza a vivirme ya...
- No quiero. Mi vida es un rollo y todo me sale mal. Ya no tengo amigos y todo el mundo tiene su vida hecha. No hago más que encontrarme gente rara y no me apetece ir solo a los sitios.
- Víveme
- ¿Pero tú eres idiota?
- No te crees que tú eres estupendo y que puedes tener una vida que merezca la pena, ¿no?
- Pues no
- Entonces lo mejor es que me vaya
- ¿Cómo que te vas?
- Si no quieres vivirme lo mejor es que no esté contigo.
- Espera, espera. A ver, ¿cómo es esto de vivirte...?

¡Socorro Paco, que viene una ola!















El fin de semana pasado estuve en una playa bastante concurrida, muy cercana a la más conocida por los zaragozanos. Deseaba estar sumergido en el agua, nadando por encima y por debajo de ella, sin ir a ningun lugar, solo relajando un cuerpo que iba encontrando la sensación de placidez hundido en la inmensidad. Conseguí mi deseo en un mar que levantaba pequeñas olas juguetonas, algo poco habitual en aquella balsa de aceite.
- ¡Socorro Paco, que viene una ola!
Me giré y vi a una señora que andaría por los setenta y cinco años, con la piel clara pero bastante tostada por un sol de secano. Era curioso verla con un bikini de pantaloncito azul cielo con flores, muy de moda en los sesenta, pero sobre todo contrastaba su cintura totalmente blanca con los brazos y la cabeza morenos. Su señor marido le sacaba una cabeza y pico y tampoco se le veía muy ducho en las artes de la natación. Junto a ellos estaba un nieto de unos dieciocho años con su novia. La señora se puso horizontal sobre el agua mientras el marido la cogía de las manos, como cuando enseñas a nadar a un bebé.
- ¡Ay ay ay ay ay! ¡Que viene una olaa!
Su nieto se moría de la risa. Empezó a imitar a la abuela, chapoteando con los pies y su novia cogiéndole de las manos. Al tiempo chillaba '¡Socorro Paco!'
- ¡Que soy muy chiquitica pa estar aquí!
La mujer no entraba muy adentro porque le cubría el agua enseguida, aunque estaba justo donde rompía la ola. Se quedó de pie con cara de miedo. Su marido y su nieto se metían un poco más adentro disfrutando del agua. Yo seguí disfrutando con mis zambullidas.
Vi como iba llegando una ola un poco más grande que las otras. Me sumergí en ella y subí rápidamente para ver qué pasaba con la señora. Acerté a ver un par de piernas con un pantaloncito azul que estaban siendo centrifugadas en ese momento. La señora salió del agua aturdida, sin poder reaccionar.
Al rato salí a secarme sobre la toalla. Después marché por el pueblo a buscar unas cosas y volví a la playa pasada una hora. Encontré a la señora de pie, con un gorrito a juego con su bikini azul y abrazada a ella misma. Su cara reflejaba el haber pasado un miedo tremendo. Jamás he visto a una persona tan desvalida.

martes, 16 de agosto de 2005

Hasta la vista














- Dígame sinceramente, ¿usted piensa que Miguel Angel se subió aquí a pintar atardeceres sobre Florencia?
- ...
- En lo único que pienso es en la belleza del paisaje que tengo delante. Todo lo que me haga distraerme de esto me molesta. Siga su camino y abra sus sentidos al infinito. Perciba todo lo que pueda y plásmelo rápidamente. Gracias por su silencio...

miércoles, 10 de agosto de 2005

Bolso















- ¡Señora! ¡Su bolso!
- ¡Ah! Muchas gracias, pero la verdad es que no me importa perderlo. Es un regalo que nunca me gustó. En el monedero guardo fotografías de personas que han cambiado demasiado o que ya no están, y vivir apegada a esos recuerdos no me ayuda nada. El dinero me ha hecho tan infeliz que prefiero estar unos días sin él. No me gusta salir con documentos. No llevo tarjetas de crédito ni teléfono móvil, y el espejito que uso para retocarme refleja demasiado mis arrugas. Es antipáticamente detallista. Por cierto, lleva la pajarita torcida.
- ...
- Señora...
- ¿Sí?
- Estoy seguro de que va a tener un buen día

martes, 9 de agosto de 2005

Canales
















Miro tus calles y son ríos. Tu vida queda totalmente condicionada por la existencia de agua.
Estoy viendo a un marchante que despotrica ante la llegada tardía de la barca que lleva el transporte urgente por un estrecho canal. Hay un montón de paquetes en cubierta, pequeños y grandes, pero destaca un gran lienzo que solo han cubierto ligeramente con papel de burbuja. En cuanto lo ve el marchante comienza a soltar una catarata de lindezas contra el encargado de embalar la obra de arte. Esto parece una película de Alberto Sordi. El hombre agita los brazos y pone el gesto típico italiano de las manos con las puntas de los dedos todas juntas. El barquero le pide calma diciendo que la cosa no va con él. En el mini muelle de atraque hay una polea oxidada para llevar los bultos de las barcas a tierra y el marchante pasa una cuerda por ella y lanza con mala leche la cuerda al barquero para que pase el cuadro por el nudo corredizo. El del bote esquiva el cordazo y la cuerda vuelve al marchante. Se empieza a encender el barquero y le lanza una mirada de "me marcho y te quedas sin cuadro". Ahora le cae la cuerda a las manos delicadamente y mira de reojo al marchante mientras rodea el cuadro para subirlo. Ya en tierra el cuadro, marchante y barquero firman los papeles de entrega evitándose las miradas. Y yo pensando ¡qué bonito es Venecia... para los turistas!

lunes, 8 de agosto de 2005

Peana




















A veces encuentras a santos con una peana tan grande que parecen el mismo Dios.

miércoles, 3 de agosto de 2005

Cotidiano










Sigo sintiendo atracción por la belleza de lo cotidiano

martes, 2 de agosto de 2005

Orilla













Te ví de lejos y me acerqué a tu orilla para navegar en tí