sábado, 19 de marzo de 2005

Rojo


Espere a comprar, por favor. Relájese. Piense si realmente quiere comprarlo. ¿Se va a arrepentir de no haber dicho que no a esa señorita tan simpática y tan amable que le atendió? ¿Necesita urgentemente ese deshuesador de aceitunas eléctrico o puede pasar sin él? ¿Considera imprescindible ese molde de cocina para preparar unas tortitas que no va a cocinar en su vida? ¡Cuanto tarda en ponerse verde el semáforo...!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Compramos muy rápido, es cierto. Otras decisiones hay que nos cuesta mucho tomar. Si hubieramos dicho a tiempo a ese amigo algo que le hubiera hecho sentir bien, si hubiéramos sonreido a esa chica cuando fue el momento, si hubiera besado a mi madre cuando la acosté anoche,...
Qué poco nos cuesta comprar, y nos sentimos seguros con ello, porque nos parece que somos capaces de tomar decisiones con firmeza. ¡Cuánto tarda el puñetero semáforo!

Javier Burbano dijo...

Estoy totalmente de acuerdo en que lo más fácil para nosotros es comprar algo para complacernos, y no intentar el complacer a los demás. Quizás deberíamos encontrar un punto adecuado.
Yo suelo mirar mucho y comprar poco. Creo que me falta decisión..

MarthePG dijo...

Bien!! ya soy una rara más, que se siente menos rara al leeros. Aglomeraciones de gente, y mensajes por todas partes, compre esto, compre aquello. Argh, si solo venía a por una tableta de chocolate, y me encuentro en la planta de ropa :P

AguR dijo...

No puedo con los centros comerciales... demasiada gente, demasiado calor... Si tengo que entrar en alguno, al menos soy capaz de ir directamente a lo que iba a comprar, comprarlo y largarme de ahí pitando...