lunes, 28 de febrero de 2005

Hielo en el corazón



Después de una gran nevada, si continúa haciendo frío, se queda todo helado. En el corazón también nos pasa. Después de una fuerte desilusión se queda todo gélido, frío, sin ganas de latir. Apagamos con una manta protectora las llamas de los sentimientos que quieren volver a prender repitiendo 'eres muy sensible y no debes sufrir más. no te conviene ilusionarte. si no llegara a ser lo que tú esperas, se sufre mucho. mejor no empezar'. Primero se congela el corazón, luego se agarrotan los músculos y después nuestra mente se queda abotargada, sin capacidad de razonar ni de poner los sentimientos en su sitio. Nos empeñamos en que es un problema de batería y resulta que viene por el motor de arranque: la capacidad de creer en el amor.

jueves, 24 de febrero de 2005

El sueño de Independencia



Viniendo para la oficina me he encontrado con un personaje integrado de toda la vida en el paisaje urbano de la ciudad. Pasando a diario como paso cuatro veces por la plaza de España me lo encuentro a menudo. Creo que se llama Antonio. También le llaman Lenin, Sheriff (por su forma de andar) y de alguna otra forma más. Es el vagabundo más genuino de Zaragoza. Nunca ha pedido dinero. Suele sentarse en el peldaño exterior del bar Doña Tapa, junto al Banco de España, tomando muy digno un cortado. Él nunca quiso entrar al bar y las camareras le sacan afuera su consumición, que paga religiosamente. Hoy estaba a las tres tomando una jarra de vino. A las cuatro dormitaba en la esquina de Independencia con la plaza de España. Parece sacado de un cuadro de Velázquez.

miércoles, 23 de febrero de 2005

Exagerao



Que no, que no me lo creo.
Venga señor Lanuza, que no me creo que las nevadas en Zaragoza llegaran tan alto cuando usted era joven...

martes, 22 de febrero de 2005

Zaragoza blanca



Ha sido el tema del día en Zaragoza capital. Nieve por todos lados. Jamás había visto nevar tanto aquí. Coches con un palmo de nieve encima del capó y calles semiatascadas. Parecía que fuera a llegar de nuevo la Navidad pero me he dado cuenta de que no. No había adornos en los árboles ni nada. Pero me han gustado más así, sólo con la nieve. Las palmeras de Conde de Aranda no se esperaban esto las pobres. Los barrenderos parecía que estaban echando de comer a las palomas cuando tiraban la sal. También podían estar sembrando el paso de peatones de trigo. O librando de algún resbalón.

domingo, 20 de febrero de 2005

Cerrazón



Hay veces que ponemos unos impedimentos ridículos e irracionales para alcanzar objetivos que tenemos al alcance de la mano. Son trabas que quieren ocultar nuestro miedo más profundo al '¿qué pasará si no...?' A veces la vida nos obliga a saltar sin red. A mí me gustaría que me obligara el amor.

sábado, 19 de febrero de 2005

El cristal con que se mira



'Y es que en el mundo traidor nada hay verdad ni mentira,
Todo es según el color del cristal con que se mira'.
Sabio personaje don Ramón de Campoamor.
Un simple pavés, feo, de escalera que comunica los pisos de un edificio, con pegotes de escayola y cemento alrededor. Ese ladrillo de cristal, cuya única misión es dejar pasar luz del exterior, también quiere contar algo. 'Hay otros colores que puedo reflejar distintos del blanco. De cerca gano, ¿verdad?' Sólo le puedo dar la razón. Esto pasa también con las personas. Hay veces que te tienes que poner cerca para poder apreciar su belleza.

miércoles, 16 de febrero de 2005

Nada más



Hay momentos de soledad
en los que quieres disfrutar
de la sensación de sentirte a tí mismo
y a lo que te rodea.
Nada más.

lunes, 14 de febrero de 2005

El autobús



En esto del amor hay veces que te pasas la vida en una parada de autobús esperando a que llegue el tuyo. Algunos se dan cuenta de que esperan en la parada equivocada. Otros insisten con firmeza en que algún día llegará el suyo.

sábado, 12 de febrero de 2005

Envuelvo mi cuerpo en tí



Envuelvo mi cuerpo en tí
cada parte de mi piel es tuya y mía
mío tu terso y dulce tacto
tuyo mi cálido y suave roce

jueves, 10 de febrero de 2005

Siempre hay una salida



Vuelves a mirar atrás y parece que ves el mejor trozo de tu vida. Sólo porque tu mente ha grabado a fuego esa intensa luz del sol de verano, esos baños de azul y risas que te acompañaban en tus momentos de gran familia. Largos paseos en bici por sedientos caminos de tierra que forjan un espíritu. Soledad, espliego y tomillo. Encuentros contigo mismo en los áridos montes que lanzan un sordo grito a la inmensidad. La vida corre y sigue su paso. Nosotros caminamos y nos paramos a menudo a pensar cómo sería nuestra existencia si fuéramos de otra manera.

miércoles, 2 de febrero de 2005


Siempre hacia arriba

Ánfora de caricias



Vierto un ánfora de caricias por todo tu cuerpo
y tu piel se estremece como la tierra que recibe el agua
y germina en el fruto del deseo
Mis manos caen como una tibia lámina
como un impetuoso torrente
como un acariciante dedo que gotea suavemente
en la oscilante hoja que bandea
a cada dulce golpe que estremece