'Y es que en el mundo traidor nada hay verdad ni mentira,
Todo es según el color del cristal con que se mira'.
Sabio personaje don Ramón de Campoamor.
Un simple pavés, feo, de escalera que comunica los pisos de un edificio, con pegotes de escayola y cemento alrededor. Ese ladrillo de cristal, cuya única misión es dejar pasar luz del exterior, también quiere contar algo. 'Hay otros colores que puedo reflejar distintos del blanco. De cerca gano, ¿verdad?' Sólo le puedo dar la razón. Esto pasa también con las personas. Hay veces que te tienes que poner cerca para poder apreciar su belleza.
2 comentarios:
A veces es tan complicado acercarse a la distancia necesaria para ver lo bonito de las cosas y las personas, que pasamos de largo sin apreciarlas.
Serafín dijo...
A veces es tan complicado acercarse a la distancia necesaria para ver lo bonito de las cosas y las personas, que pasamos de largo sin apreciarlas.
......
O NOS ACERCAMOS DEMASIADO Y DESCUBRIMOS LO HORRENDAS QUE SON LAS PERSONAS O LO ENGAÑOSAS QUE SON LAS COSAS.
VIVA LA SANA DISTANCIA!
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