miércoles, 18 de octubre de 2006

Saliendo del Louvre




















Esa noche salió de su cuadro y se camufló como siempre con una ropa actual. El ambiente nocturno era prometedor. Nunca llevaba dinero pero siempre conseguía ser el rey de la fiesta. Tenía un porte distinguido y un aire antiguo pero interesante. Conseguía atraer la atención de las mujeres más hermosas, aburridas de los moscones que no lograban decirles nada nuevo y divertido. Con él eran capaces de reírse de sus modales caducos pero a la vez quedaban fascinadas por una autenticidad que huía de toda impostación. Se preguntaban si podía ser duque, marqués o tal vez príncipe de alcurnia. Cuando le preguntaban sabía rehuir la respuesta con una chanza que hacía estallar en carcajadas. Nadie sabía su historia ni su origen. Varios siglos atrás había sido inmortalizado por diferentes pintores. Uno de ellos le dio la posibilidad de poder escapar a través de su cuadro. Desde entonces siempre hay una salida nocturna. Aunque haga frío.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿quién?

Anónimo dijo...

Cuando voy al Louvre veo sólo unas pocas cosas...los Mesopotamicos, la Victoria de Samotracia, Leonardo y los esclavos de Miguel Ángel...recorro todo para ver cuatro cosas...París, París!!

Sofía B. dijo...

Me muero de envidia ¡¡¡has estado en Paris este puente¡¡¡ Yo volvería siempre siempre siempre...