martes, 20 de septiembre de 2005

Casi en la oscuridad
















Me empeñaba en captar la belleza y el viento me tiraba. Luchaba por sostenerme erguido y mi mano se tornaba gélida. Sentía el azote del vendaval en mi rostro y la fuerza de los muertos me impedía que les rompiera el sueño.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo sí que creo que se puede captar la belleza. Y darle eco.
Es lo que pienso de ciertos cuadros en los que se nota al artista fascinado por un paisaje o por una modelo.