Inmersos en nuestro acomodo se acercan millones de inmigrantes pidiéndonos refugio. Se asientan en nuestras patrias, nuestras ciudades, nuestras calles, nuestra vida diaria. Muchos están contentos, otros no tanto. A veces vivimos como si no existieran, otras nos incomoda su presencia y raramente nos sentimos cercanos a ellos.
E la nave va
1 comentario:
Sí el problema sigue siendo tanto "nuestro"...
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