miércoles, 11 de mayo de 2005

Pabostría



De vez en cuando en Zaragoza encuentras lugares que no reconoces como suyos. Eso me pasa cuando camino por la calle Pabostría, la de un lateral de la Seo. Me parece que estoy en Toledo, en Sevilla o Salamanca. El ambiente es cálido e intimista. Cuando te cruzas con alguien parece que tienes que saludarle o hablarle, porque el lugar te motiva a hacerlo. Creo que todos tenemos rincones escondidos dentro de nosotros mismos que nos invitan a la intimidad pero que no solemos frecuentar demasiado. ¿Será por no tener que saludar?

5 comentarios:

nuse dijo...

yo suelo visitar mis rincones, más que nada para quitar el polvo y tal! jajajajaja
No, en serio, creo que todos debemos visitar nuestros rinconcitos porque eso nos ayuda a conocernos más y mejor, nos ayuda a crecer!

Anónimo dijo...

A mí esa zona que nombras y fotografías me emociona. Recuerdo el paso de Gabriel Araceli en el episodio que Galdós dedicó a nuestra ciudad.

MarthePG dijo...

Lo malo de Zgz es que la gente va siempre a lo suyo, y que aunque conozcas a alguien, si saludas, te miran con cara rara. Es quizás lo que más me desagrada de este lugar, la frialdad de la gente, y sus ganas de meterse en la vida de los demás, criticando, siempre por detrás.
Los pasajes tan íntimos, o cercanos, son complicados de encontrar.

Anónimo dijo...

Me sorprendió.
Olía a la canela..
Elisa

Anónimo dijo...

No creo que en lo de que la gente va a lo suyo, Zaragoza tenga la ex-
clusiva. Mejor harían algunos
fijandose en lo hermoso que resul-
ta la Catedral y su entorno.
Un amante de lo bello.