miércoles, 8 de marzo de 2006

Futuro




















Hubo un tiempo en el que el futuro era un momento fantástico en el que todo podía suceder. La vida tendría sorpresas, llegarían momentos muy dichosos y todo sería mucho mejor que entonces. Ahora todo es un largo presente en el que las cosas van pasando, y algunas se repiten sin lograr emocionarme. La capacidad de asombro se va quedando atrás y mi lado escéptico aflora cuando yo no quiero. Necesito de nuevo un futuro.

5 comentarios:

Ana Victoria dijo...

Excelente!!
Todo...la foto y lo que has escrito! La foto en blanco y negro está muy buena y ese techo...me recuerda al de la casa de mi vecino.
Tu tienes lo más importante: el presente, ya que sin él, no puedes tener futuro, que es lo que tu buscas.
Saludos de Anaví

Anónimo dijo...

Uno no puede depositar toda su confianza en el futuro. Porque a veces ese futuro imaginado se tuerce y llega la desilusión. El futuro no existe, es algo que pasará. Confía en tu presente y disfruta de él. Aprécialo. Uno de estos días, el presente te sorprenderá, seguro, y te entregará un nuevo futuro.O eso es lo que creerás, que tienes un nuevo futuro. Porque de la noche a la mañana, puede cambiar otra vez…

Sofía B. dijo...

Uy que mala pinta tiene este post, claro que como ultimamente nos hablamos poco debe ser todo producto de mi imaginacion. Un abrazo por si acaso.

Javier Burbano dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios. El futuro será mejor si nos empeñamos en construir un presente mejor. Hay que empeñarse.

Anónimo dijo...

Todos estos sentimientos de los que hablas son inherentes a la edad.
Es muy fácil decir que hay que vivir el presente y bla, bla, bla, pero no podemos obviar nuestra chepa vital, todo lo que llevamos detrás y que, inevitablemente, cuando nuestro optimismo se merma por lo que sea, el futuro lo vemos galopando, llegando a nosotros de una manera imparable, nada parecido a como lo veíamos dos décadas atrás.
¡Ánimo Kelki! Sabes que lo único que sirve es que la confianza en uno mismo no se merme jamás. Tú tienes cualidades maravillosas para estar orgulloso de ti y saber que te mereces lo mejor. Simplemente hay que tener paciencia.
(¡Qué fácil decirlo, verdad?)