Este año que termina para unos habrá sido muy malo, para otros muy bueno y para algunos un año sin más. Para mí ha sido duro, pero interesante a la vez. Mañana comienza el 2008. Parece que tiene buena pinta. Como todos los años sin estrenar.
Muchos tomamos la Navidad como el momento del encuentro con lo entrañable y de la búsqueda de la autenticidad en las relaciones y en las convicciones. Es un momento de reflexión en el que nos damos cuenta en qué punto está nuestra relación con los miembros de la familia y con las personas que nos rodean. Siempre merecerá la pena que llegue la Navidad si nos sirve para mejorar.
Cuando falta ilusión por la Navidad tengo la sensación de que todo va a seguir igual que el año anterior, que no va a aparecer nada especial por lo que merezca la pena poner tus ganas, tus ilusiones y tu esperanza.