martes, 30 de enero de 2007

Vivir

















Me choca mucho el visitar un pueblo que tuvo catedral y que ahora vive del turismo con varios restaurantes, casas rurales, un claustro precioso y unas calles cuativadoras. Y todo sostenido por treinta y cuatro habitantes. Incluyendo a las cuatro rumanas que trabajan en la hostelería.

1 comentario:

Gus dijo...

Y que rejante resulta para aquellos que puedan ir, para desconectar de la vida cotidiana de la ciudad, su ruido .
turismo rural