miércoles, 27 de septiembre de 2006

Quietud




















Estuviste sin palabras, cruzando la mirada con un verano por fin calmado. Era un momento de silencio en el que brotaba la quietud y la vuelta de las aguas a su cauce.

martes, 26 de septiembre de 2006

Inesperado
















Cuando más confiado anda uno machacando a otro aparece entonces el primo de zumosol

viernes, 22 de septiembre de 2006

De campo




















Cambiamos la fragua por la parrilla para las chuletas, la azada por la raqueta de tenis, la mula por el cuatro por cuatro.
Hemos cambiado el sentido del campo. Para la mayoría ya no es un lugar de trabajo sino de diversión.

martes, 19 de septiembre de 2006

Yo




















Hay momentos en que pensamos quien fuimos, quien somos y quien seremos. Puede que no nos reconozcamos al mirarnos, que echemos en falta esas cosas buenas que teníamos. Quizás antepusimos cosas que han hecho que otros valores caigan. Menos mal que solemos recoger las piezas que caen, aunque luego nos de pereza ponerlas en su sitio. Si las hemos perdido siempre se pueden encargan unas nuevas.

martes, 12 de septiembre de 2006

Paseo por la calle Alfonso de Zaragoza




















Quiso el azar hará unos quince años que acompañara a un amigo americano en una de sus frecuentes visitas laborales por Zaragoza. Estábamos paseando por la calle Alfonso observando los edificios y de repente me mira con un gesto de complicidad y una evidente sorna. Le miro sin llegar a comprender qué pasa y él, con un cambio de tercio, dirige rápidamente la conversación por otros derroteros pensando que ha metido la pata. Me quedo extrañado pero sigo la conversación como si tal cosa. Continuamos hasta la plaza del Pilar, damos una vuelta por allí y volvemos a subir la calle Alfonso para arriba. Él se acuerda de repente que tiene que comprar unas pilas y me pregunta dónde hay un sitio cerca para ir a por ellas. Le digo que no se preocupe que podemos comprarlas aquí al lado. Estábamos ya casi en el Coso y reculamos un poco. Me dirigía a la puerta del establecimiento cuando él me paró cogiéndome del brazo y me señaló el gran letrero luminoso que decía "Gay". Entonces entendí la confusión del principio y el recelo a la puesta en duda de su hombría. Le expliqué que no era un lugar donde vendían artículos para homosexuales, que a mí me gustaban las mujeres y que un señor que se llamaba José Luis Gay tuvo a bien el ponerle su apellido a sus almacenes. Seguro que pensó que le estaba vacilando. No me extraña.

* Fotografía del nuevo edificio situado en el lugar de los antiguos almacenes Gay.

lunes, 11 de septiembre de 2006

Chiringuito
















- ¿Quién quiere lotería? ¡Venga, que si no compra no toca!
- Ya tenemos aquí al mejor lotero de toda la costa
- Flores, eres el mejor, el más simpático y el más de tó. Ponme una cervecita, anda.
Flores le pone también una rumba, el lotero deja los décimos encima de la barra y se arranca a bailar unos pases con su sombrero panamá, sus anillos gruesos de oro y un aspecto de gitano fino.
- Mira que llevas treinta años vendiendo lotería y no has dado nunca un premio.
- ¡No me quites años! ¡Treinta y cinco años vendiendo lotería! Empecé a los veintidós y ya tengo cincuenta y siete.
El nuevo de las hamacas le pide un décimo y le da el importe de la apuesta.
- Venga esos tres euritos de más, que si no no me llega para comprarme las joyas.
- Eres el mejor
- Y tú también, Flores. Anda, ponme otra cervecita.

jueves, 7 de septiembre de 2006

El misterio de la casa especial




















Era una casa que iba apareciéndose a lo largo de los años, un sitio atemporal y misterioso en el que conviven situaciones y vivencias actuales y pretéritas. No sucedía nada y a la vez pasaban cosas. Todo parecía en calma pero bullía actividad. Podía pasar inadvertida pero una mirada receptiva captaba un mundo de sucesos. Solía estar habitada.

viernes, 1 de septiembre de 2006

Coraje
















"El coraje no es la simple ausencia de miedo, sino la conciencia de que hay algo importante por lo que merece la pena arriesgarse.
Y, si pudiendo y debiendo, no ejercemos ese poder, se esfuma lentamente de nuestra alma hasta que la resignación, la apatía,
la pereza y la tristeza nos devoran"

Alex Rovira - Los siete poderes

P.D.: Cuando a veces tenemos el alma en baja forma viene bien que aparezca un entrenador personal que nos ponga las pilas. Aunque sea desde un libro que pensemos que es una tontería. Luego sorprende.