miércoles, 17 de enero de 2007

Existencia

















Sentado entre cuatro paredes y un hálito de piedra. Una voz inmisericorde machaca mis entrañas de ruina, vacío y odio a mí mismo por lo que nunca hice. De vez en cuando me abstraigo de mis pensamientos y huyo a un lugar suspendido, alejado de mí mismo, caído de otro lugar donde el tiempo vive atrozmente congelado. No pasa nada. No llega a ocurrir. Quizá sucedió en un leve deseo fugaz en el que no hubo tiempo para que sucediera. Será un instante o una eternidad. La duda viene por la ignorancia de su existencia, saber si hay algo por lo que haya que preocuparse.

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