martes, 17 de julio de 2007

Aprendiendo a remar en el Ebro

















Hace unos años el club deportivo Helios de Zaragoza era una cantera de afamados remeros a nivel mundial. Veías contínuamente sus canoas deslizándose rápidamente por el Ebro, compitiendo a menudo entre ellas para conseguir los mejores tiempos. Hoy en día es bonito ver a los niños aprendiendo a remar en las tranquilas aguas del río en verano. Así seguro que aprenden a amar al Ebro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mirá que lindo che!

Glo dijo...

Yo veraneé muchos años en Alto Campoo, donde el Ebro nace ya hecho todo un caudaloso río. Ni un solo verano pudimos bañarnos en sus gélidas aguas, adornadas de largas algas y sólo rara vez surcadas por una trucha. Un paisaje tan frío y duro como él mismo lo acompaña, hasta que a la fuerza se remansa en el pantano que lleva su nombre; mar de brumas y de hielo, en el que parece haberse detenido el tiempo. Y más allá, las hoces que lo encajonan y en las que gana velocidad, como si tuviera prisa por huir de los páramos desiertos y olvidados en los que los hombres sobreviven de milagro...