Creí ver al descendiente del ídolo de Peña Tú en Asturias. Pensé que se habían dejado los iconos religiosos y se había vuelto al culto a los dioses a través de sus esculturas. También podía ser un vigilante que protegiera los campos. Quizá la imaginación jugara a fantasear en exceso. Pude seguir mi camino pero mi mente siguió soñando curiosas funciones para aquella escultura.
2 comentarios:
joder ¡es muy inquietante!
Salu2 córneos.
Javier, si siguiera mi camino miraría de reojo a estos dos ojos por si acaso era ... el maestro Fernán Gómez.
Abrazos servetianos y estelares
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