Me sorprendió la energía de este mejicano con los setenta más que cumplidos. En cuanto entraron por la puerta los mariachis tocando saltó como un resorte a bailar con su señora. Tenía muchísima gracia y no se amilanó a la hora de practicar los pasos más atrevidos.
En la vida lo más interesante viene con los momentos más intensos. Pero antes de nada tenemos que arriesgarnos.
3 comentarios:
Seguro que la música tocó su vena más sensible.
Yo también me hubiera puesto en pie y hubiera acompañado "con mi ronco pecho" a los marichis.
Ajúa!!
Vivir la vida con intensidad, como grabada a fuego, como si hoy fuese nuestro último día, nuestro último baile.
Besetes y no trabajes tanto, que no es bueno,
Sin miedo al ridículo porque estás seguro de ti...es dofçicil...pero como dice Sabina "y vivir al revés que bailar es soñar con los pies"
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