domingo, 18 de febrero de 2007

Cinta de la medida de la Virgen del Pilar



































Dicen que son casualidades, pero la vida esta llena de ellas y muchas acaban condicionando nuestra existencia. Hoy salía de tomar algo con unos compañeros que cantamos juntos y, volviendo para casa, prolongo mi charla en la calle con uno de ellos. Después de reirnos con sus andanzas por los carnavales de Bielsa y los efectos tardíos del alcohol del día anterior me empieza a preguntar por mi futuro. Le comento que ahora mismo está condicionado por decisiones ajenas que van a marcar mi vida a corto plazo. "¿Azul o amarillo?", me pregunta de repente. Sin saber para qué, digo amarillo y me regala una cinta de la medida de la Virgen del Pilar bendecida del mismo color. "Ya sabes que tiene que ser regalada para que haga efecto. No vale comprársela uno" Me chocó en él una salida de este tipo, pero se lo agradecí. Nunca me habían regalado ninguna ni tampoco la echaba de menos, quizás porque no creo mucho en estas cosas, pero el que aparezca justo en el momento en el que te encuentras angustiado por las circunstancias, reconforta un poco. Ahora hay que tener confianza en que las decisiones sean para tener un futuro mejor.

7 comentarios:

Javier López Clemente dijo...

En en coche que vendí hace un par de meses se quedó una cnta azul colgada del espejo retrovisor. Ahora entiendo porque no tuve suerte: La cinta la compré un domingo de invierno, uno de esos días que de tanto caminar despistado me encontre frente a un suministrador de cintas, sólo había que coger una y depositar un euro. Así lo hice pero ya veo que en ese gesto no estaba escondida la suerte.

Salu2 Córneos

Ajovin dijo...

Yo le dije a la Virgen que me la regalara. Y me la regaló.
Por eso tengo suerte.
Creo.

Anónimo dijo...

Quizás las casualidades no sean tan casuales: muchas veces deseamos cosas o las pedimos y luego nos olvidamos. El universo se encarga de dárnoslas cuando el momento es más oportuno.Laura

Anónimo dijo...

Las casualidades, amigos mios, son causales. Me encuentro en un momento de mi vida donde necesito que mi fe se refuerce.
Hace solo un par de dias, a la hora de ir a dormir, pedi algo, que me diera a entender que mis suplicas habian sido escuchadas y ayer, llega mi esposa con una MEDIDA DE LA VIERGEN VERDE, que le habian regalado y que ella la habia cogido en mi nombre.
Al no saber que significaba, buscando, he llegado a este sitio, que me ha explicado que significa La Medida de la Virgen.
Una vez mas en mi vida, tengo que dar Gracias a Dios, por lo presente que esta siempre
saludos
nicolas

Anónimo dijo...

alguien puede decirme donde puedo comprar unas 150 medidas del pilar por un precio asequible, gracias contestarme a lolyolmedo@hotmail.com

Anónimo dijo...

quiero conseguir unas 150 medidas del pilar, y no se donde puedo conseguirlas,si me podeis ayudar os lo agradeceria, mi correo el lolyolmedo@hotmail.com

Anónimo dijo...

Hola,
no, las casualidades no existen, todo son causas. Acabo de regresar de hacer parte del camino de Santiago pues por un problema que tengo en la rodilla no pude continuar, vale aclarar que antes de irme ya el médico me había dicho de mi problema y aún así decidí ir. Mi itinerario era (bueno, el que yo quería hacer) Lourdes, Zaragoza y de allí subir hasta Logrono y continuar por el camino francés. La situación es que después de Lourdes no pude visitar Zaragoza (yo quería ir pues mi nombre es Pilar) y eso me tenía un poco triste pero comencé mi camino a Santiago. De pura "casualidad" en Santo Domingo de la Calzada conozco una pareja que de "casualidad" encontré en un museo. De "casualidad" nos tocó juntos hacer la ronda por el museo y al contarle que por mi problema no podía seguir el camino, sacó una cinta con la bandera de Espana y me explicó que ellos venían de Zaragoza y la senora se llama María del Pilar, no pude evitarlo, se me aguaron los ojos, estaba claro el mensaje. El peregrino que iba conmigo me dijo, "no pudiste ir a Zaragoza y Zaragoza vino a ti" Puedo decir que no pude ir a visitar a mi "patrona" pero ella llegó hasta mí. Sé que cuando vuelva a estar bien, regreso a seguir mi camino a Santiago, pero que voy primero a Zaragoza. Que vivan las "casualidades".