
Termina el 2006 y se me va un año agridulce, de los que tenía que pasar. Aún con todo, no lo cambiaría. Bueno, quizás por ese 1988 o ese 2001. O por el año de la felicidad encontrada. Puede que por el 2007. Parece que tiene todos los ingredientes para dar muy buen caldo. ¡Feliz año nuevo!