Recuerdo el día que regresé al Teatro Principal después de su reforma en 1987. Me sorprendió lo bonito que quedó el vestíbulo, pero cuando entré en el patio de butacas me quedé fascinado. No podía dejar de mirar arriba, las luces, butacas, telón de fondo y todo en general. Me pareció entrar en un mundo mágico que ponían a mi alrededor, que los grandes círculos del techo iban a empezar a girar como las piezas de una maquinaria gigante que moviera escenas, telones, decorados e incluso artistas.
¡Que comience el espectáculo!
2 comentarios:
La primera vez que fui al Principal fue con el colegio, a un concierto para niños. Me tocó estar arriba, arriba, muy cerca de esas pinturas. Me quedé fascinada más por los mofletes de los querubines, o amorinos, que por las cuerdas del quinteto que tocó para nosotros.
Empecé a ir al Principal con una serie de conciertos de música sudamericana...recuerdo a Mercedes Sosa...y fui a ver El Adefesio y La Casa de Bernarda Alba...76-77..
magnifico el gallinero sudor y escasa visibilidad...pero...un abrazo
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